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Las marcas pueden ayudar a las personas a tener de nuevo el control de sus vidas.

  • Foto del escritor: Ana de la Torre, CEO BVMX
    Ana de la Torre, CEO BVMX
  • 6 may 2020
  • 3 Min. de lectura


Si tu marca hoy no tiene como principal propósito resolver una necesidad humana que responda a la “nueva vida normal” posterior a la pandemia, tendrá motivos para preocuparse por su futuro en las ventas.


Esto no es con el afán de escandalizar ni asustar, simplemente es desde una postura positiva y con soluciones, ya que desde hace tiempo el propósito de la marca no debería enfocarse en vender productos ni servicios, la venta es la consecuencia de lo acertado en la razón de ser de las marcas frente a la sociedad y a las personas. Identificar claramente cómo hacer con ellos, ojo hacer, no solo mostrarla en un anuncio publicitario, la vida más llevadera y con mayor bienestar; hacérselas más segura, sana, divertida, acompañada, querida, y un sin número más de valores positivos y reconfortantes.



Las marcas tienen la oportunidad de colaborar con la sociedad ayudando a las personas a tener de nuevo el control de su vida. Trabajar hombro con hombro con ellas para recuperar la seguridad sobre su salud, vida social, movilidad, etc., con pequeñas acciones o momentos que les restauren el control perdido.



Las marcas de higiene personal y de sanitización integradas a los hábitos de forma natural y sin ser exógenas o invasivas, tienen grandes oportunidades.




Después de vivir un confinamiento, de haber tenido miedo por sus seres queridos, y por ellos mismos, o incluso el dolor de perder a alguien, así como estar sufriendo una crisis financiera, hará que las decisiones se inclinen por aquellas marcas que cubran sus necesidades emociónales como, la indulgencia o consentimiento; las personas tendrán deseos de apapacharse, divertirse, disfrutar, premiarse por haber “librado” este momento, entrecomillo porque, esta crisis sanitaria no tiene una fecha de expiración próxima o única, es algo que llegó para quedarse. Si bien el nivel de contagio irá bajando porque la inmunidad y la prevención irán creciendo, estarán disponibles tratamientos más efectivos y hasta la posibilidad de una vacuna en un futuro a mediano plazo, los hábitos y costumbres sociales cambiarán, pero la sensación de premiar lo logrado seguirá estando presente.


Como lo mencioné antes, la presencia de una crisis financiera hará que esa gratificación se elija de una forma más pensada, incluso sentida; que se prefieran aquellas soluciones menos huecas, ya que difícilmente se inclinarán por un consumismo superfluo. Seguramente la calidad estará por encima de la cantidad. Sin embargo, se predice que en contraste y en reacción a lo vivido, haya quien pueda pueda caer en el despilfarró o hasta en gustos culposos, pero no veo un mercado lo suficientemente grande ni sostenible con este comportamiento como para recomendarle a una marca comercial que se enfoque en estos insights. Esto será oportunidad para algunos nichos de mercado sin lugar a duda, pero no para la mayoría en nuestro país, que vivirá una contracción económica.


La opción de versiones más asequibles, tamaños o presentaciones pequeñas que impliquen un gasto menor y que permitan conseguir esa satisfacción, pueden ser opciones para marcas deseadas, pero difíciles de alcanzar en esta situación.

Por último, ante esta pandemia que apartó físicamente a tantas personas, aquellas marcas que incentiven la cohesión de filosofías y creencias, de grupos abanderados por ideales en común, donde se facilita un foro y un punto de reunión virtual o físico bajo los nuevos protocolos de convivencia, tienen grandes oportunidades.


 
 
 

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